Síntomas de ansiedad: en el sueño, el apetito, el miedo, el perfeccionismo y mucho más

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Jennifer Sherman

¿Qué es la ansiedad?

La ansiedad es una reacción natural del cuerpo cuando experimentamos situaciones desafiantes, como hablar en público, asistir a una entrevista de trabajo, hacer un examen y otros eventos importantes. Sin embargo, para algunos, la ansiedad es muy intensa y constante, lo que puede indicar el comienzo de una enfermedad.

Vale la pena recordar que esta es una de las enfermedades que más perjudica la calidad de vida en el mundo, por lo que no eres el único. Por lo tanto, es importante estar atento a los síntomas y a la frecuencia, ya que no siempre es fácil identificar este trastorno. Sigue leyendo y descubre cuáles son las señales de que la situación está sobrepasando los límites.

Sobre la ansiedad

El trastorno de ansiedad se diferencia de un sentimiento natural porque es excesivo y persistente. Además, perturba mucho la vida del paciente, ya que suele ir acompañado de otras enfermedades. Compruébalo a continuación.

Ataque de ansiedad

Un ataque de ansiedad se produce cuando aumenta la intensidad de las manifestaciones de esta enfermedad. Algunos de los síntomas típicos son la aceleración del corazón, la respiración rápida y sibilante y la sensación de que puede ocurrir algo terrible.

El individuo puede seguir experimentando:

- Temblor;

- Boca seca;

- Mareos;

- Desasosiego;

- Angustia;

- Preocupación exagerada;

- El miedo;

- Hormigueo, especialmente en los brazos y el cuello;

- Sentir que te vas a desmayar en cualquier momento.

Durante una crisis, es muy común que la persona crea que se está muriendo, por lo que suele acudir a la sala de urgencias más cercana. Sin embargo, al someterse a pruebas, el médico puede confirmar que se trata de un episodio del trastorno de ansiedad.

Ansiedad y depresión

La asociación entre ansiedad y depresión es frecuente, ya que las enfermedades suelen ir de la mano. Sin embargo, los trastornos en sí son diferentes, ya que tienen síntomas, causas y tratamientos distintos.

Sin embargo, conviene estar atento, porque existe la posibilidad de que la ansiedad y la depresión se manifiesten al mismo tiempo, e incluso pueden mezclarse, configurándose así una especie de trastorno mixto, con alternancia de síntomas ansiosos y depresivos.

Ansiedad y estrés

Se puede decir que la ansiedad y el estrés están estrechamente relacionados. Al fin y al cabo, el estrés excesivo es uno de los mayores factores de riesgo para desarrollar ataques de ansiedad. El estilo de vida puede tener una gran influencia.

Por ejemplo, un trabajo agotador con demasiadas exigencias y sin tiempo para relajarse es la combinación perfecta para desencadenar trastornos. Entonces, el miedo a vivir una mala situación lleva al estrés, que a su vez conduce a la ansiedad. Esto se convierte en un ciclo interminable y muy perjudicial.

Tipos de ansiedad

La ansiedad puede dividirse en varias categorías, según sus manifestaciones, causas y frecuencia de los ataques. Sin embargo, existen 5 tipos principales, por ser los más comunes. Descúbrelos a continuación.

Trastorno de ansiedad generalizada

El trastorno de ansiedad generalizada (también conocido como TAG) es una de las enfermedades psicológicas más comunes en el mundo. Se caracteriza por episodios de estrés recurrente y preocupación excesiva, que interfieren directamente en la vida diaria del individuo.

Los síntomas de esta enfermedad pueden variar, pero suelen ser:

- Tensión muscular;

- El corazón se acelera;

- Fatiga;

- Sudoresis (sudoración excesiva);

- Dolor de cabeza;

- Problemas gastrointestinales;

- Insomnio;

- Irritabilidad;

- Desasosiego;

- Dificultad de concentración;

- Pérdida de memoria.

Además, el trastorno suele desencadenarse por el miedo a que les ocurra algo malo a los seres queridos, o por el temor a no poder pagar las facturas. Es muy común que el foco de preocupación cambie a lo largo de los ataques de ansiedad.

Trastorno de pánico

El trastorno de pánico, o síndrome de pánico, como se conoce popularmente, está relacionado con la ansiedad. Esta enfermedad presenta crisis inesperadas de miedo, desesperación e inseguridad, incluso cuando no hay ningún riesgo aparente.

De este modo, el individuo siente que está perdiendo el control y que va a morir en cualquier momento, por lo que las actividades cotidianas se ven perjudicadas, ya que siempre existe la preocupación de que se produzca un nuevo episodio.

De hecho, la calidad del sueño de las personas que padecen el síndrome de pánico también se ve afectada, ya que las crisis pueden producirse incluso mientras la persona duerme.

Fobia social

La fobia social, también conocida como ansiedad social, es muy común y siempre ocurre cuando el individuo está en público. Es un tipo de trastorno que hace que las personas sufran con anticipación, sólo por imaginar que los demás los juzgan o los observan de cerca.

Las personas con fobia social se preocupan demasiado por la opinión de los demás, por lo que se preguntan cómo se interpretarán sus acciones. Generalmente, imaginan los peores escenarios posibles y tratan de evitarlos a toda costa.

En un discurso público, por ejemplo, la persona cree que se pondrá roja, sudará profusamente, vomitará, tartamudeará y temblará mucho. Otro temor frecuente es no ser capaz de encontrar las palabras adecuadas y hacer el ridículo, por lo que acaban aislándose para evitar cualquier situación de alto nivel.

Trastorno obsesivo-compulsivo

El trastorno obsesivo-compulsivo, más conocido como TOC, es un trastorno marcado por movimientos obsesivos y repetitivos. Esta persona sufre el miedo a perder el control, ya que se siente culpable si ocurre algo malo, incluso en situaciones que se sabe que son incontrolables, como una tragedia.

Cabe recordar que el individuo con TOC es incapaz de controlar los pensamientos negativos y obsesivos, por lo que acaba realizando actos repetitivos, en un intento desesperado de eliminar los malos sentimientos. Estos "rituales" se suceden varias veces al día, de forma sistemática, perjudicando enormemente la calidad de vida en su conjunto. Para estas personas, no cumplir con los rituales implica terribles consecuencias.

Trastorno de estrés postraumático

El trastorno de estrés postraumático (conocido por las siglas TEPT) está causado por un acontecimiento traumático, ya que algunos recuerdos son tan intensos que empiezan a atormentar al individuo, iniciando el desarrollo de un trastorno.

El individuo suele entrar en crisis cuando se enfrenta a un desencadenante, que puede ser una situación similar al trauma, un olor o incluso una canción. Con los desencadenantes, recuerda los sentimientos experimentados durante el trauma y revive todo el suceso.

Por desgracia, sufrimos traumas todos los días, a través del acoso escolar, un accidente de tráfico o un acto violento como un robo o una violación.

Causas de la ansiedad

Las causas de la ansiedad pueden variar mucho de una persona a otra, ya que cada una tiene una experiencia vital única. Sin embargo, hay algunos factores que pueden incluso facilitar la aparición de este trastorno. Compruébalos a continuación.

Genes específicos

Uno de los factores de riesgo para el desarrollo del trastorno de ansiedad está en la genética, ya que hay algunos genes específicos que se asocian a este trastorno y pueden transmitirse a través de varias generaciones, presentando un ciclo infinito en el árbol genealógico.

Se puede decir que la influencia genética del trastorno de ansiedad corresponde a aproximadamente el 40% de los casos, por lo que se puede afirmar que si un familiar de primer grado ha presentado este trastorno, desgraciadamente hay muchas posibilidades de que usted también esté afectado.

También es importante recordar que, en algunas personas, la ansiedad está completamente determinada por la genética.

Factores medioambientales

Los factores ambientales influyen en gran medida en el desarrollo de cualquier tipo de trastorno de ansiedad. Un lugar de trabajo estresante y una rutina demasiado ajetreada son algunos de los desencadenantes más comunes de la enfermedad mental.

Además, las posibilidades de que este trastorno se inicie en la infancia son elevadas, ya que es en el colegio donde tenemos nuestro primer contacto con los exámenes y puede producirse el acoso escolar, lo que hace que los niveles de estrés del niño aumenten considerablemente.

Así, los traumas vividos durante la infancia tienen un gran impacto en la vida adulta, ya que el trastorno de ansiedad no es algo que surja de la noche a la mañana, sino un proceso a medio e incluso largo plazo.

Personalidad

La personalidad puede ser un factor determinante en el desencadenamiento de un trastorno de ansiedad. Algunas personas, por desgracia, nacen con características que aumentan el riesgo de padecer enfermedades vinculadas a la mente.

Por lo general, son personas introvertidas, inhibidas y tímidas, con baja autoestima. Además, se sienten fácilmente heridos cuando escuchan críticas y también son muy sensibles al rechazo.

Tienden a sentirse incómodos y ansiosos en los eventos sociales porque están fuera de su zona de confort, escapando de la rutina. En situaciones de protagonismo social, se ponen tensos, aprensivos e incluso asustados, alcanzando niveles de estrés extremadamente altos.

Género

Para hacernos una idea del alcance del trastorno de ansiedad, los datos de 2015 de la OMS (Organización Mundial de la Salud) muestran que aproximadamente el 3% de la población mundial sufre algún tipo de esta patología.

Un dato curioso sobre el trastorno de ansiedad es que parece "preferir" a las mujeres. El género importa mucho cuando se trata de este trastorno mental, ya que las mujeres tienen aproximadamente el doble de posibilidades de desarrollar la enfermedad. La explicación está en las hormonas.

Sólo en América, por ejemplo, más del 7% de las mujeres han sido debidamente diagnosticadas con este trastorno mental, mientras que el porcentaje entre los hombres es aproximadamente la mitad: 3,6%.

Trauma

El trauma, es decir, un acontecimiento que conlleva un alto impacto emocional negativo, es uno de los factores de riesgo y se encuentra entre las principales causas del trastorno de ansiedad. Pasar por una situación terrible hace que el individuo presente constantemente pensamientos invasivos y perturbadores. Además, también son frecuentes los flashbacks y las pesadillas aterradoras, que perjudican enormemente la calidad de vida.

En Brasil, la violencia urbana está estrechamente vinculada a los traumas. Situaciones traumáticas como la discriminación, la tortura, las agresiones, los secuestros, las agresiones y los abusos sexuales se convierten a menudo en desencadenantes de este trastorno.

Síntomas de ansiedad

Los síntomas del trastorno de ansiedad pueden manifestarse física, emocionalmente o una combinación de ambos. Siga leyendo y descubra cómo identificar algunos de los rasgos del trastorno a continuación.

Peligro en todo

Uno de los síntomas más comunes de quienes padecen un trastorno de ansiedad es imaginar siempre el peor escenario posible en cualquier situación. Esto sucede porque estas personas sobreestiman el riesgo y el peligro, teniendo estos sentimientos de forma excesiva, totalmente desproporcionada.

Seguro que ha conocido a alguien que tiene miedo de viajar en avión porque cree que será víctima de un terrible accidente aéreo. Otro episodio ocurre cuando el paciente va al médico, elaborando miles de teorías de que tiene una enfermedad muy grave y sus días están contados.

Apetito desregulado

El trastorno de ansiedad afecta en gran medida al apetito de la persona, que se desregula por completo. Para algunos, el hambre simplemente desaparece, haciendo que el individuo pierda demasiado peso, lo que le deja débil, debilitado y susceptible de padecer otras enfermedades.

El problema es que estos individuos mastican poco, lo que les facilita comer en exceso en pocos minutos, por lo que vale la pena tener cuidado para no desarrollar trastornos alimentarios.

Disfunción del sueño

El trastorno de ansiedad provoca una disfunción del sueño y, en este caso, a los individuos que lo padecen les resulta muy difícil conciliar el sueño, presentando frecuentes crisis de insomnio. Estos episodios se producen principalmente antes de un acontecimiento importante, como una reunión de trabajo o un examen escolar.

Son incapaces de relajarse y desconectar de los acontecimientos del día, pasando toda la noche en vela, planificando lo que debe hacerse a la mañana siguiente. A veces, el trastorno de ansiedad hace que las personas sueñen con algún problema y se despierten pensando en posibles soluciones al asunto en cuestión.

Tensión muscular

Uno de los síntomas físicos más comunes del trastorno de ansiedad es la tensión muscular constante. Este trastorno suele dejar los músculos tensos y preparados para reaccionar ante cualquier riesgo o amenaza. En este caso, cuanto mayor es la preocupación y el estrés, mayor es la tensión, especialmente en la región cervical. Así, son frecuentes los dolores en la espalda, los hombros y el cuello, que pueden ser muyfortalezas.

En algunos pacientes, la tensión muscular es tan grande que es prácticamente imposible girar la cabeza hacia un lado. El dolor es enorme y puede llegar a ser incluso incapacitante, por lo que hay que tener especial cuidado de no utilizar relajantes musculares en exceso.

Miedo a hablar en público

Uno de los principales síntomas emocionales del trastorno de ansiedad es el temor a hablar en público. Para muchas personas, imaginar la necesidad de hacer una presentación ante un público es sinónimo de estrés y pánico.

En estas situaciones, el individuo se pone extremadamente nervioso, empieza a sudar mucho, siente que el corazón late más rápido y fuerte, tiene las manos frías y presenta jadeos, con falta de aire en varios momentos.

Además, la ansiedad aumenta hasta tal punto que puede perjudicar la secuencia de pensamientos. Esta sensación de miedo suele estar asociada al temor a ser humillado y al miedo a ser juzgado por sus acciones.

Preocupación excesiva

La preocupación excesiva es uno de los síntomas más conocidos del trastorno de ansiedad, ya que estas personas están constantemente inquietas, pensando en el futuro. Esta preocupación, por cierto, es la principal causa de úlceras, gastritis, estrés y dolores de cabeza en los pacientes ansiosos.

Además, la angustia y el tormento mental con el que viven estos individuos les hace muy difícil concentrarse, porque en su cabeza pasan millones de cosas, es imposible concentrarse.

De este modo, la eficacia de estas personas se ve muy afectada, lo que aumenta la preocupación. Así, la vida se convierte en un ciclo interminable de desesperación y angustia.

Acercándose a las crisis nerviosas

Las personas que padecen un trastorno de ansiedad tienden a establecer una fina línea entre la razón y la emoción con bastante frecuencia, especialmente cuando están a punto de sufrir un ataque de nervios. Estas personas experimentan cambios de humor de una hora a otra y se irritan bastante, aparentemente sin una explicación lógica.

Los episodios que conducen a una crisis nerviosa suelen surgir en situaciones de estrés, cuando hay mucha presión. Cuando una persona está cerca de una crisis nerviosa, la mente ya ha sido extremadamente dañada, lo que hace que se sobrepasen algunas reglas y límites.

Miedos irracionales

Los miedos irracionales son uno de los síntomas más perjudiciales del trastorno de ansiedad. En esta condición, las personas anticipan una amenaza futura, que puede que ni siquiera ocurra realmente.

Así, muchos individuos tienen miedo al fracaso, a quedarse solos o a ser rechazados, por lo que acaban perdiendo oportunidades y no pueden aceptar los momentos de duda o incertidumbre, ya que suelen estar dominados por los pensamientos negativos.

En el trabajo, además, son campeones de la autocrítica, porque creen que no son lo suficientemente capaces o buenos para asumir un proyecto, por lo que se puede decir que estos miedos e inseguridades comprometen el desarrollo de una carrera, que podría ser de enorme éxito.

Inquietud constante

La inquietud, es decir, la dificultad para quedarse quieto o descansar la mente, es un síntoma que puede aparecer en los trastornos de ansiedad. Sin embargo, cabe señalar que no todos los pacientes experimentan esta sensación.

Pero cuando se trata de niños y adolescentes, la inquietud constante acompañada de una gesticulación excesiva es un fuerte indicio de la enfermedad. Cuando estos individuos se vuelven inquietos, pierden la capacidad de concentración y se sienten profundamente angustiados.

Por cierto, se trata de un síntoma que puede perturbar la calidad de vida no sólo de la propia persona, sino también de quienes la rodean, que acaban preocupándose por la angustia que siente el ser querido.

Pensamientos obsesivos

Los pensamientos obsesivos son uno de los síntomas más destructivos y perjudiciales del trastorno de ansiedad. En este estado mental, es imposible controlar los pensamientos, que surgen de forma recurrente y angustiosa.

Algunos estudios demuestran que estos ciclos repetitivos de ideas e imágenes en el cerebro están relacionados con una disfunción neurológica, cuya causa aún es desconocida por la comunidad científica.

Esta manifestación de ansiedad es un signo importante y está presente en varios tipos del trastorno, como en el TAG (trastorno de ansiedad generalizada), el TOC (trastorno obsesivo-compulsivo), el síndrome de pánico, entre otros.

Perfeccionismo

El perfeccionismo excesivo es un síntoma importante para identificar un posible trastorno de ansiedad. Se caracteriza por un preciosismo exagerado, con el establecimiento de estándares muy altos y la búsqueda de algo perfecto en todas las situaciones de la vida.

Por esta razón, algunos individuos suelen procrastinar de forma consciente, buscando autosabotearse para evitar que un proyecto no salga perfecto. No se puede negar que los perfeccionistas presentan un rendimiento envidiable, sin embargo, el precio que se cobra por el éxito puede ser muy alto.

Cabe destacar que la perfección es prácticamente imposible de alcanzar y las consecuencias de esta búsqueda conducen directamente a la ansiedad. Hay que tener mucho cuidado para que esta característica no traiga consigo un camino de infelicidad, insatisfacción y excesivo miedo al fracaso.

Problemas digestivos

El sistema digestivo es uno de los más afectados por el trastorno de ansiedad, ya que síntomas como el dolor, la acidez, la mala digestión y la diarrea son excepcionalmente frecuentes en los pacientes que sufren este trastorno.

Cuando una persona pasa por una situación muy estresante, con un exceso de ansiedad, las funciones gastrointestinales se alteran debido a la acción del sistema nervioso. En otras palabras, los reflejos no están sólo en la mente, sino en el cuerpo como un todo.

Por lo tanto, los brotes de gastritis, las úlceras, el reflujo gastroesofágico, el síndrome del intestino irritable y otras enfermedades inflamatorias relacionadas con la digestión son una consecuencia de los altos niveles de ansiedad.

Síntomas físicos

El trastorno de ansiedad provoca diversas manifestaciones emocionales, pero también interfiere en el funcionamiento del organismo en su conjunto. Durante las crisis, pueden aparecer algunos síntomas físicos. Compruébalos:

- Dolor muscular, generalmente en la región cervical;

- Cansancio o fatiga;

- Mareos;

- Temblores;

- Falta de aire o respiración rápida y sibilante;

- Corazón acelerado, sensación de arritmia;

- Sudoresis (sudoración excesiva);

- Boca seca;

- Náuseas;

- Diarrea;

- Dolor o malestar abdominal;

- Sensación de ahogo;

- Dificultad para tragar los alimentos;

- Escalofríos o sofocos;

- Manos muy frías y sudorosas;

- Vejiga hiperactiva (necesidad constante de orinar).

Cómo evitar la ansiedad

Evitar y controlar la ansiedad por sí sola es un reto, pero algunas tácticas y cambios en el día a día te ayudan a aliviar este sentimiento que puede ser tan dañino. Consulta algunos consejos para poner en práctica hoy mismo.

Acostarse temprano

El primer consejo es acostarse más temprano, ya que la falta de sueño es un factor de riesgo para el desarrollo del trastorno de ansiedad. Una mala calidad del sueño amplifica las reacciones anticipatorias del cerebro, aumentando los niveles de estrés.

Dormir bien ayuda a la mente a relajarse, así que crea una especie de rutina saludable a la hora de acostarse: deja de usar el móvil una hora antes y reduce gradualmente el ritmo, indicando a tu cuerpo que es hora de descansar.

Utilice la música para relajarse

La música es un gran aliado para relajarse y combatir la ansiedad. Las canciones están presentes en varios momentos, ya que nos ayudan a desahogarnos, bailar, celebrar e incluso descansar después de un día intenso.

Se podría decir que la música es terapéutica porque funciona casi tan bien como un medicamento y no tiene contraindicaciones. Es imposible no ser más feliz o salir a cantar cuando se escucha la música favorita.

Por cierto, los estudios demuestran que escuchar música disminuye los niveles de ansiedad en un 65%. Las canciones son capaces de liberar una serie de neurotransmisores relacionados con el placer, como la dopamina, que aporta una sensación de recompensa. En otras palabras, usa la música sin moderación.

Levantarse 15 minutos antes

Levantarse 15 minutos antes es una práctica muy recomendable para las personas ansiosas, ya que permite a estos individuos bajar un poco el ritmo. De este modo, pueden darse una ducha relajante y prepararse para un día más productivo sin sentirse constantemente atrasados.

Cuando la persona comienza el día con calma, bajando el ritmo, el resto del día se vuelve menos estresante y, en consecuencia, más feliz. Esto sucede porque la lista de tareas pendientes se puede hacer con calma y eficiencia, porque hay tiempo de sobra.

Reducir la cafeína, el azúcar y los alimentos procesados

Reducir el consumo de café, azúcar y alimentos procesados ayuda a aliviar los síntomas del trastorno de ansiedad y a mantener la salud del cerebro, ya que la cafeína y la fluctuación de los niveles de azúcar en sangre pueden provocar palpitaciones, lo que puede ser preocupante para una persona ansiosa.

Se puede decir que un cerebro sano es esencial para combatir la ansiedad. Todo lo que ingerimos se refleja en el cuerpo y la mente, por lo que una dieta equilibrada es fundamental para controlar la enfermedad.

Realizar actividades físicas

La actividad física regular ayuda a aumentar la sensación de bienestar, el estado de ánimo y la productividad. El ejercicio también ayuda a combatir el insomnio y a reducir los síntomas de los trastornos de ansiedad.

A corto y medio plazo, los ejercicios físicos regulan el sueño, ya que la práctica libera endorfinas, una hormona natural que proporciona una sensación muy placentera, con lo que se produce una importante mejora de la salud mental.

Mover el cuerpo y tener el deporte como afición contribuyen en gran medida a una jornada menos ansiosa y más agradable.

No te cubras tanto

Es muy difícil para una persona ansiosa dejar de cargarse tanto, pero es necesario. Conviene recordar que los sentimientos negativos atraen pensamientos igualmente negativos, convirtiéndose en un ciclo muy perjudicial.

El perfeccionismo es tu mayor enemigo en esta situación. Empieza a ser más amable contigo mismo, haz las tareas a tu tiempo, sin prisas y, sobre todo, sin presiones.

Busque ayuda

En cuanto notes cualquier síntoma del trastorno de ansiedad, acude a un profesional cualificado, como un psicólogo o psiquiatra, que te ayudará a identificar los patrones de conducta y pensamiento perjudiciales, fomentando el autoconocimiento y liberando tu mente.

Uno de los tratamientos posibles es la psicoterapia, basada en el diálogo, en la que el psicólogo crea un entorno de apoyo neutral en el que el paciente puede hablar abiertamente de todas las aflicciones que atraviesa, sin temor a ser juzgado.

Recuerda que consultar a un especialista no es algo de lo que avergonzarse, sino de lo que sentirse orgulloso, porque demuestra una persona que se cuida y, sobre todo, que se quiere.

Practicar la meditación

Está demostrado que la meditación aumenta el área del córtex prefrontal izquierdo, la parte del cerebro responsable de la felicidad, y es una de las intervenciones más potentes para reducir el estrés y la ansiedad.

Al principio, la meditación puede no ser fácil, pero cinco minutos al día observando la respiración son suficientes para incluir esta práctica en tu rutina. Cuando te sientas más adaptado, aumenta la duración de tus sesiones de meditación.

¿Existe una cura para la ansiedad?

El trastorno de ansiedad no tiene cura, pero no te desanimes porque el tratamiento es muy eficaz y seguro que te ayudará a convivir con la enfermedad de forma adecuada. Cabe destacar que el diagnóstico y el tratamiento deben ser realizados por un profesional debidamente cualificado.

En algunos casos, la psicoterapia suele ser eficaz, pero en otros puede ser necesaria la combinación con un medicamento ansiolítico. Si experimenta algún síntoma de ansiedad, no dude en buscar ayuda médica. Por desgracia, hay muchos prejuicios cuando se trata de la salud mental.

Pero recuerde que sólo un profesional podrá aclarar todas sus dudas, mejorando notablemente su calidad de vida.

Como experta en el campo de los sueños, la espiritualidad y el esoterismo, me dedico a ayudar a otras personas a encontrar el significado de sus sueños. Los sueños son una herramienta poderosa para comprender nuestra mente subconsciente y pueden ofrecer información valiosa sobre nuestra vida diaria. Mi propio viaje al mundo de los sueños y la espiritualidad comenzó hace más de 20 años, y desde entonces he estudiado mucho en estas áreas. Me apasiona compartir mi conocimiento con otros y ayudarlos a conectarse con su ser espiritual.