Comprender la relación entre la ansiedad y el tinnitus

La ansiedad afecta a las personas de diferentes maneras y puede causar inquietud y dificultad para dormir. En algunos individuos, también provoca un irritante pitido en los oídos, una especie de zumbido constante.

Los que padecen acúfenos pueden oír sonidos como timbres de alarma, silbidos, chirridos y otros ruidos que no están asociados a una fuente externa. La gravedad varía y puede ser algo que distraiga o moleste, afectando a la calidad de vida.

Siga leyendo y obtenga más información sobre el trastorno de ansiedad, que puede causar zumbidos en los oídos y otros problemas de salud.

Entender mejor la ansiedad

Tienes que entender que la ansiedad y el trastorno de ansiedad no son lo mismo. Para hacer la distinción, tienes que tener en cuenta la frecuencia, la gravedad y cómo afecta a tu vida diaria. Descúbrelo a continuación.

¿Qué es la ansiedad?

La ansiedad es una respuesta natural del organismo al estrés, que genera preocupación y más sentimientos de tensión, que pueden reflejarse en problemas físicos como la hipertensión arterial. Sin embargo, cuando los síntomas son persistentes y graves, esta respuesta natural del organismo se convierte en una especie de enfermedad, el trastorno de ansiedad.

Datos de 2015 de la OMS (Organización Mundial de la Salud) estiman que más del 3% de la población mundial sufre alguna patología vinculada a la ansiedad. Un dato curioso es que la cifra es mayor entre las mujeres. En el continente americano, por ejemplo, más del 7% de las mujeres han sido diagnosticadas con este trastorno, mientras que el porcentaje entre los hombres es del 3,6%.

Tipos de ansiedad

Existen varios tipos de ansiedad, ya que puede manifestarse de diferentes maneras y está causada por múltiples factores. Los aspectos que diferencian este sentimiento de una enfermedad son la frecuencia, la gravedad y el impacto en la calidad de vida.

Los tipos más comunes de trastornos de ansiedad son:

- Fobias en general;

- Trastorno obsesivo-compulsivo (popularmente conocido como TOC);

- Ataque de pánico;

- Trastorno de estrés postraumático (conocido por el acrónimo PTSD);

- Ansiedad generalizada (conocida como TAG).

¿Cómo se siente una persona ansiosa?

La ansiedad provoca sentimientos desagradables e indefinidos, similares al miedo a lo desconocido. Algunos individuos experimentan frecuentes pensamientos catastróficos y muchas personas también tienen una mala sensación acompañada de fluctuaciones del ritmo cardíaco, sudoración y malestar estomacal.

Esto ocurre porque el cuerpo está en constante alerta, liberando sustancias como la noradrenalina y el cortisol, que aumentan la presión arterial y los latidos del corazón, preparando al cuerpo para actuar en situaciones de peligro. Cuando la ansiedad es exagerada, se convierte en una enfermedad que perjudica enormemente la calidad de vida.

Ansiedad y pitidos en el oído

La ansiedad y el tinnitus tienen una relación muy complicada y cíclica. Esto se debe a que las condiciones de salud mental pueden causar tinnitus, y el tinnitus intensifica los ataques de ansiedad. Los estudios demuestran que el tinnitus crónico suele presentarse junto con los síntomas de ansiedad y suele empeorar después de una situación estresante.

Los ruidos de zumbidos pueden ser variados, siendo los más comunes las sibilancias, los timbres de alarma, los silbidos, el sonido del aire que se escapa e incluso las notas musicales. Estos episodios pueden ser molestos, causando dificultades al individuo para concentrarse y dormir.

Peligros de la ansiedad y el zumbido de oídos

La ansiedad y los pitidos en el oído suelen ir de la mano, ya que son afecciones estrechamente relacionadas. Por lo general, las personas que sufren acúfenos viven con altos niveles de estrés, y ahí es donde reside el peligro.

Los acúfenos constantes perturban en gran medida la calidad de vida del individuo, provocando dificultades para dormir y concentrarse, por lo que la productividad se ve afectada, ya que la persona se vuelve muy somnolienta y preocupada al mismo tiempo, incapaz de realizar actividades cotidianas sencillas. Además, los acúfenos pueden provocar el empeoramiento de las crisis de ansiedad y desencadenar otra enfermedad: la depresión.

Otros factores que pueden generar acúfenos en el oído

Los acúfenos en el oído pueden ser provocados por factores distintos de la ansiedad, como la exposición excesiva a ruidos muy fuertes, las infecciones de oído y las lesiones en la cabeza y el cuello.

Además, algunos medicamentos, como la aspirina, los antibióticos y los diuréticos, pueden provocar efectos secundarios en el oído, dando lugar a acúfenos. Otras posibles razones de este trastorno son:

- Un objeto extraño o cera del oído que toca el tímpano;

- Problemas de trompa de Eustaquio;

- Endurecimiento de los huesos del oído medio;

- Traumatismo craneal;

- Enfermedades cardiovasculares;

- La diabetes.

Otros síntomas de ansiedad

El trastorno de ansiedad hace que las personas experimenten diversos síntomas, como pensamientos perturbadores y preocupaciones que nunca desaparecen, volviendo siempre con más fuerza. Consulta otras manifestaciones de esta enfermedad a continuación.

Síntomas físicos

Un trastorno de ansiedad puede desencadenar tanto síntomas físicos como psicológicos. Descubra cuáles son los más comunes:

- Dolor de cabeza;

- Sudoresis (sudoración excesiva);

- Boca seca;

- Tensión muscular o dolor de espalda;

- Taquicardia (aumento de los latidos del corazón);

- Hipertensión (presión arterial alta);

- Mareos;

- Fatiga;

- Dificultad para respirar (falta de aire o respiración demasiado rápida);

- Contracción gástrica (sensación de nudo en el estómago);

- Náuseas o vómitos;

- Diarrea;

- Sensación de aumento de la temperatura ("fiebre emocional");

- Vejiga hiperactiva (necesidad instantánea e incontrolable de orinar);

- Cambios en el ciclo menstrual.

Síntomas cognitivos

El trastorno de ansiedad provoca algunos problemas cognitivos, es decir, cambios en la forma de procesar la información en el cerebro, con lo que los principales síntomas son:

- Preocupación excesiva e incluso obsesiva;

- Pensamientos catastróficos y perturbadores;

- Dificultad de concentración;

- Insomnio (dificultad para conciliar el sueño o despertarse varias veces durante la noche);

- Problemas con la calidad del sueño, como pesadillas constantes;

- Ganas incontrolables de llorar;

- Pesimismo generalizado (se centra en los aspectos negativos de cualquier situación);

- Cambios en la memoria.

Síntomas emocionales

Las personas que padecen un trastorno de ansiedad pueden experimentar una amplia gama de síntomas emocionales, como:

- Vértigo y temblores;

- Bloqueo o parálisis ante diversas situaciones que no representan peligro;

- Estado de alerta constante;

- Irritabilidad;

- Oscilaciones en el tono de voz;

- Dificultades para iniciar o mantener una conversación por miedo a ser juzgado;

- Dificultad para decir la palabra "no" por miedo exagerado a las represalias;

- Preocupación excesiva por las opiniones de los demás;

- Tendencia al aislamiento social;

- Deseo de neutralizar su propia personalidad.

Causas de un ataque de ansiedad

Los ataques de ansiedad pueden tener varias causas y siempre implican una sensación de miedo desproporcionado, que genera mucho estrés y preocupación. De hecho, los episodios suelen ser una respuesta de la mente a un desencadenante emocional. Sigue leyendo y descubre algunas motivaciones.

Traumas psicológicos

Para algunas personas, los traumas psicológicos pueden desencadenar un trastorno de ansiedad, como el trastorno de estrés postraumático (también llamado TEPT). Pasar por una situación muy traumática puede hacer que el individuo sufra varios episodios de pensamientos intrusivos, flashbacks y terribles pesadillas. Estos casos son más comunes en antiguos veteranos de guerra.

Sin embargo, las personas que han sufrido traumas relacionados con la violencia urbana, como agresiones físicas, torturas, abusos sexuales, secuestros, robos y desastres naturales, también son propensas a desarrollar trastornos de ansiedad.

Situaciones de estrés

Las crisis de ansiedad pueden estar provocadas por diversas situaciones estresantes de nuestra vida cotidiana. Por cierto, conviene recordar que las motivaciones no son universales, es decir, que afectan a los individuos de manera diferente.

Sin embargo, un caso muy frecuente ocurre cuando una persona cree que será juzgada por los demás por actuar de una determinada manera, lo que hace que su cuerpo esté en constante alerta, gastando energía innecesaria.

Otra situación estresante que puede actuar como desencadenante de episodios de ansiedad es hablar en público, ya que a muchas personas les cuesta e incluso les da pavor.

Factores ambientales

La escuela, la iglesia, las diferencias culturales y la propia familia son ejemplos de aspectos que pueden hacer que un niño experimente cierto nivel de estrés desde una edad temprana.

Por cierto, los traumas de la infancia tienen una relación directa con el aumento de las posibilidades de padecer ansiedad a medio y largo plazo. Por eso, para algunos investigadores, la infancia suele ser un factor determinante para una vida adulta saludable.

Factores genéticos

Todo el mundo tiene un cierto nivel de ansiedad, es natural. Sin embargo, cuando este sentimiento se exagera y se convierte en un trastorno de ansiedad en los padres, la enfermedad puede tener un ciclo interminable, perpetuándose durante varias generaciones.

Se puede decir que la influencia genética de este trastorno representa aproximadamente el 40% de los casos diagnosticados, por lo que se puede afirmar que existe la posibilidad de que el trastorno de ansiedad se transmita a todo el árbol genealógico de una familia.

Por lo tanto, si tus padres o abuelos padecen esta enfermedad, las posibilidades de que tú la padezcas son desgraciadamente enormes, ya que algunas personas tienen su ansiedad completamente determinada por la genética.

Activadores personales

Los desencadenantes personales son muy poderosos a la hora de desencadenar una crisis de ansiedad, por lo que es importante entender que son diferentes y particulares de cada individuo.

Estos desencadenantes emocionales rememoran momentos pasados y nos hacen revivir todo lo que se graba en el subconsciente. Así, si usted vivió un momento traumático y en ese momento estaba sonando una canción, es posible que esta canción se convierta en un desencadenante de esos recuerdos negativos.

Esta es una de las razones por las que los desencadenantes son tan difíciles de identificar, ya que todo puede generar una respuesta: los olores, las películas, la música, los lugares e incluso los colores pueden provocar un episodio de ansiedad.

Más información sobre la ansiedad

La ansiedad desempeña varias funciones en la vida de una persona y puede ser un sentimiento saludable o un síntoma de una enfermedad, por lo que es muy importante vigilar su evolución, para que no se convierta en una enfermedad. Descubra más sobre cómo controlar este trastorno.

¿Qué se puede hacer para evitar la ansiedad?

Aunque la sensación de ansiedad siempre está presente en nuestras vidas, hay formas de evitarla y reducir el riesgo de que se convierta en un trastorno emocional.

Unos sencillos pasos ayudan a mantener las emociones y las preocupaciones bajo control, previniendo el desarrollo de diversas enfermedades relacionadas con nuestra mente, entre ellas el trastorno de ansiedad. Compruébalos a continuación:

- Consuma menos refrescos, café, chocolate e infusiones con alto contenido en cafeína;

- Consulte a un médico o farmacéutico antes de tomar medicamentos que puedan empeorar el estado de ansiedad;

- Mantener una dieta sana y equilibrada;

- Tener un patrón de sueño regular y reparador;

- Evita las bebidas alcohólicas, la marihuana y otros tipos de drogas recreativas.

¿Qué se puede hacer para controlar la ansiedad?

En los casos más leves, es posible controlar la ansiedad con algunas técnicas, véase más abajo:

- Utilice técnicas de relajación: los ejercicios de respiración, la meditación y el yoga pueden reducir considerablemente la ansiedad;

- Sustituye los pensamientos negativos por otros positivos: escribe una lista de los pensamientos negativos que te vengan a la cabeza y luego escribe las ideas positivas, tachando todo lo que sea perjudicial para tu vida;

- Tenga una red de apoyo: desahóguese siempre con alguien de confianza y amigo. Hablar de sus sentimientos puede ser liberador;

- Ejercicio: un estilo de vida activo ayuda al cerebro a liberar sustancias que estimulan las emociones agradables y positivas.

¿Qué hacer en una crisis de ansiedad?

Cuando una crisis de ansiedad se apodera de una persona, el autocontrol es fundamental para intentar gestionar y eliminar los malos sentimientos. Las técnicas de respiración, la meditación y el yoga suelen ser muy útiles en esta situación.

Sin embargo, si ninguna técnica de relajación puede aliviar las manifestaciones de la ansiedad, acuda al médico y busque un tratamiento farmacológico alternativo.

El tratamiento psiquiátrico no es algo de lo que haya que avergonzarse o tener prejuicios. Tenga en cuenta que su salud y su calidad de vida están en juego, y sólo un profesional cualificado podrá ayudarle a recuperar su vida.

¿Cómo ayudar a alguien con una crisis de ansiedad?

La mejor manera de ayudar a una persona que sufre ataques de ansiedad es animarla a acudir a un médico de confianza, preferiblemente un psicólogo o psiquiatra con experiencia en el tratamiento de este trastorno.

Recuerda que algunos miedos pueden parecerte exagerados, pero son causa de mucho sufrimiento para el ansioso. Nunca juzgues y escucha con el corazón y la mente abiertos.

Sin embargo, si eres testigo de una crisis grave, ayuda a la persona a respirar profundamente, a calmarse y llévala al hospital si es necesario.

La ansiedad debe ser tratada por un especialista.

El trastorno de ansiedad es una enfermedad que debe ser tomada en serio, no es una frialdad, como muchos la malinterpretan, por lo que debe ser tratada por un especialista, como un psicólogo o psiquiatra.

El procedimiento para controlar la ansiedad incluye sesiones de terapia, asesoramiento psicológico y, en algunos casos, medicamentos de uso controlado. El tratamiento también puede incluir la psicoterapia, que se lleva a cabo mediante la terapia cognitivo-conductual. Esta técnica ayuda a la persona ansiosa a dejar de lado los patrones de pensamiento y los hábitos perjudiciales, que pueden actuar como desencadenantes.

Por lo tanto, nunca tengas miedo o vergüenza de pedir ayuda. Con el tratamiento adecuado, es posible vivir con la ansiedad de una manera buena.