¿Qué es un sociópata? ¡Características, cómo identificarlo, cómo tratarlo y más!

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Jennifer Sherman

Consideraciones generales sobre el sociópata

Conocemos al sociópata principalmente a través de las representaciones en el cine, la televisión y la literatura. Por lo general, los villanos de estos productos se describen como sociópatas o psicópatas. Es común, incluso, que ambos términos -psicopatía y sociopatía- se confundan.

Ambos, al fin y al cabo, forman parte de la patología denominada trastorno antisocial de la personalidad. Sin embargo, existen diferencias entre ellos, y los psicópatas suelen realizar acciones más extremas que los sociópatas. Los sociópatas representan menos del 4% de la población mundial y los rasgos de este trastorno suelen aparecer en la adolescencia.

Sin embargo, es importante entender que las personas pueden desarrollar sólo algunos de los rasgos que forman parte del trastorno, y que corresponde a un profesional de la salud mental diagnosticar y orientar el tratamiento.

Sociopatía, características y el sociópata

A continuación, conoceremos varios factores y características de la sociopatía para comprender mejor este complejo trastorno.

Qué es un sociópata

Se denomina sociópata a la persona diagnosticada con un trastorno antisocial de la personalidad. Los sociópatas pueden describirse como personas que no pueden desarrollar en sí mismas el sentimiento de empatía, es decir, no se preocupan por los sentimientos de los demás.

Así, los sociópatas muestran desprecio por lo que les ocurre a otras personas, no se preocupan por las consecuencias de sus actos y tienen grandes dificultades para manejar los límites y para comprender los derechos de los demás.

Su dificultad para ajustarse a las normas e incluso a las leyes hace que sea muy difícil convivir con ellos. Son mentirosos en potencia, impulsivos e incapaces de sentir culpa.

Qué causa la sociopatía

No existe un consenso absoluto ni una identificación determinista de las causas de la sociopatía, pero se cree que se origina por una confluencia de factores, entre ellos la predisposición genética, es decir, puede ser hereditaria.

Algunos especialistas señalan que el trastorno se desarrolla en la adolescencia, pero tiende a acentuarse durante la edad adulta.

La sociopatía suele identificarse en relación con otros trastornos del paciente, como el Trastorno Límite de la Personalidad y el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad.

DSM-5 sobre la sociopatía

Las siglas DSM-5 significan Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, quinta edición. Está elaborado por la Asociación Americana de Psiquiatría y sirve para ayudar a los profesionales del sector a diagnosticar los trastornos psicológicos.

Según este manual, tanto la sociopatía como la psicopatía se agrupan en el mismo tipo de trastorno, el trastorno antisocial de la personalidad.

El manual destaca, entre las características del sociópata, el desprecio por los derechos de los demás y el poder de manipulación, así como la ausencia de empatía y la tendencia a la agresividad. El DSM-5 señala que el trastorno es relativamente raro, pues afecta a menos del 4% de la población mundial.

La diferencia entre sociopatía y psicopatía

Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, en cuanto a la relación entre sociopatía y psicopatía, no hay una diferencia exacta en cuanto al tipo de trastorno.

Por lo tanto, ambos forman parte de la misma patología, el trastorno antisocial de la personalidad, lo que existen son diferencias de grado en cuanto a los síntomas, es decir, los psicópatas tienden a actuar de forma más calculada que los sociópatas, no siendo estimulados por impulsos.

Carecen de empatía, mientras que los sociópatas pueden sentirla hacia las personas cercanas. Además, los psicópatas tienden a actuar con más frialdad, traspasando cualquier límite para saciar su deseo de poder.

Las características de la sociopatía en el DSM-5

El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales - DSM-5 enumera varias características que se atribuyen al trastorno antisocial de la personalidad, entre las que se encuentran: la ausencia de empatía o la reducción de la capacidad de empatía, la ausencia de culpa, la inclinación a la mentira y la manipulación.

Otras características que presentan los sociópatas son: la recurrencia de los errores, la dificultad para adaptarse a las normas sociales, la impaciencia, la agresividad, la impulsividad, la valoración extrema del propio placer y el desprecio por las situaciones de peligro.

Además, los sociópatas suelen demostrar una excesiva arrogancia y son egocéntricos. Además, es habitual que los sociópatas tengan un gran poder argumentativo.

Cómo tratar con un sociópata

Tratar con un sociópata es extremadamente delicado. En primer lugar, entienda que no hay cura para este trastorno, por lo que debe partir de la idea de que los sociópatas no serán conscientes del mal que son capaces de hacer. Confíe en sus instintos, valore su propia salud mental y no se deje manipular.

Los sociópatas envuelven a las personas con mentiras, halagos e intrigas. No se deje seducir por alguien que le inspire desconfianza y que muestre rasgos de sociopatía. Por último, evite la convivencia, si no es un familiar cercano, y nunca intente cambiar a un sociópata, recuerde que no sienten dolor ni empatía.

La perspectiva vital de un sociópata

El trastorno antisocial de la personalidad no tiene cura, pero existen enfoques terapéuticos, es decir, la posibilidad de encontrar cierta estabilización del comportamiento mediante el asesoramiento de psicólogos. Estas terapias son aconsejables de por vida.

Consisten en ayudar al paciente a sustituir comportamientos y tendencias destructivas por actitudes consideradas positivas. Sin embargo, los pacientes de TPA no desarrollarán sentimientos como la empatía y no aprenderán a valorar las normas sociales.

Pueden llegar a ser funcionales, sin embargo no están curados de sus rasgos psíquicos. Los estudios indican que los sociópatas tienen una baja estimación de vida, sin embargo, a menudo debido a que incurren en el crimen.

Cómo identificar a un sociópata

Conocer algunos rasgos específicos del comportamiento ayuda a identificar a un sociópata. Comprueba cuáles son los rasgos más destacados.

Mienten compulsivamente y se inventan historias con facilidad

Los sociópatas, al igual que los psicópatas, son mentirosos compulsivos, por lo que desarrollan una gran capacidad para inventarse historias. Las personas con trastorno antisocial de la personalidad carecen de autojuicio y autocrítica, y se dejan llevar por un deseo extremo de ejercer el poder y la manipulación, así como por el deseo de atención.

Esto significa que no tienen ninguna dificultad para mentir, tanto a las personas cercanas como a los extraños. Sus mentiras suelen estar bien desarrolladas y hacen el papel como si fueran actores.

Suelen mentir para conseguir algo que quieren, pero además de las mentiras elaboradas, también mienten habitualmente sobre las cosas más pequeñas y triviales.

Son hábiles manipuladores

La manipulación es un rasgo de la personalidad de los sociópatas que nunca debe subestimarse. Como son incapaces de sentir culpa o de sopesar sus propios actos, los sociópatas no se preocupan por las consecuencias y actúan con la única intención de beneficiarse a sí mismos.

Desarrollan hábilmente su poder de manipulación, y a menudo se acercan a las personas de forma amistosa y servicial con el fin de preparar el terreno para ejercer el control sobre ellas más adelante. Además, interpretan papeles que creen que se ajustan a lo que la otra persona espera o le gustaría, consiguiendo a menudo establecer una intimidad, lo que hace que se tarde en desenmascararlos.

El falso encanto y el encanto magnético de los sociópatas

Se sabe que los sociópatas son capaces de forjar personalidades. Suelen comportarse inicialmente de acuerdo con lo que creen que la otra persona admira, pero sus buenas acciones no son genuinas y es habitual que formen parte de una estrategia de implicación.

Así, los sociópatas obtienen placer de la manipulación, especialmente cuando pueden enmascarar sus verdaderas intenciones. En una primera fase de contacto, suelen parecer encantadores, y se les describe como personas magnéticas y encantadoras.

Sin embargo, la artificialidad de este comportamiento suele desenmascararse cuando la persona seducida empieza a percibir características que "se le escapan", como la impulsividad, la agresividad, la arrogancia y el egoísmo.

No dudan en ser crueles con sus palabras

Una de las características que más le cuesta ocultar al sociópata es su impulsividad.

Su falta de remordimientos, de apreciación de los sentimientos de los demás y de comprensión de los límites y las normas, unida a una arrogancia extrema, les hace a menudo ofensivos y crueles verbalmente.

El sociópata intenta camuflar su crueldad utilizando su poder de manipulación, pero este camuflaje puede verse frustrado por su impulsividad, un instinto difícil de controlar. Así, cuando se les contradice, los sociópatas tienden a exhibir su comportamiento cruel, que puede manifestarse mediante ataques verbales, cotilleos malintencionados y el deseo de dañar moralmente al otro.

Carecen de empatía

La capacidad de empatía de los sociópatas se considera extremadamente baja o incluso nula. Algunos sentimientos como la culpa, la tristeza, el miedo e incluso el amor suelen ser difíciles de asimilar para ellos.

Por lo tanto, son incapaces de valorar una serie de sentimientos expresados por otras personas.

Extremadamente centrados en sí mismos, se centran en conseguir lo que quieren. Para los que padecen el trastorno antisocial de la personalidad, satisfacer sus propios deseos es algo que está por encima de los sentimientos y las consecuencias de los demás.

Algunos, sin embargo, consiguen desarrollar, aunque con menor intensidad, vínculos afectivos y cierto grado de distinción entre el bien y el mal.

No sienten ningún remordimiento

El remordimiento es un sentimiento prácticamente inaccesible para los sociópatas, y es muy raro que muestren una culpa genuina por sus acciones y palabras. Sin embargo, dependiendo de las circunstancias que impliquen la posibilidad de obtener algo que desean, son capaces de fingir este sentimiento.

Ante situaciones en las que se enfrentan por haber causado algún daño, no suelen asumir la responsabilidad y suelen culpar a la víctima.

Además, muestran desprecio por el sufrimiento de los demás y les resulta muy difícil aceptar el castigo por sus actos, minimizándolos incluso cuando son sorprendidos en el acto. Pueden incluso cometer delitos graves y no entender por qué son considerados por la sociedad de esa manera.

Casi nunca se disculpa

La incapacidad de sentir culpa y la inmensa probabilidad de no ejercer ningún grado de empatía hacen que los sociópatas estén increíblemente seguros de sus acciones. Estas características suelen ir unidas a otros rasgos de personalidad como la arrogancia, la mitomanía y el deseo de control y manipulación.

Así, los sociópatas buscan controlar una situación intentando que la víctima sea la culpable o que las personas presentes les eximan de culpa.

Incluso cuando no pueden manipular a los implicados, se resisten mucho a pedir disculpas, sobre todo porque no quieren ponerse en situación de fragilidad y tienen aversión a ser cuestionados y castigados.

No tienen miedo

La ausencia de miedo es otra de las características más llamativas de quienes encajan en el diagnóstico de trastorno antisocial de la personalidad. Así, es habitual que los sociópatas y psicópatas lleven a cabo acciones destructivas sin mostrar ningún miedo a las consecuencias.

Asimismo, su instinto agresivo e impulsivo les lleva a menudo a la criminalidad, y la ausencia de miedo les hace específicamente crueles y peligrosos. Son personas inclinadas a cruzar los límites legales y morales, con el potencial de la violencia.

Además de no desarrollar sentimientos como la empatía o el respeto por los demás, y de no sentir remordimientos, no son conscientes de la sensación de peligro, por lo que prevalecen el instinto y la impulsividad.

Sus relaciones interpersonales son inestables

La inestabilidad es un factor importante en las relaciones interpersonales de los sociópatas. Sus características, como la agresividad exacerbada, la impulsividad y la ausencia de empatía o remordimientos, los convierten en parejas poco fiables.

Es prácticamente imposible desarrollar una relación pacífica y saludable a largo plazo con una persona que padece un trastorno antisocial de la personalidad, por lo que los familiares y las parejas de estas personas se enfrentan a retos diarios y a menudo se ven sacudidos emocionalmente por su relación.

Los sociópatas tienden a aislarse socialmente cuando no les interesa obtener algo de una persona, por lo que suelen relacionarse por interés e iniciar relaciones disfrazando su verdadera personalidad.

Relaciones abusivas

Las relaciones interpersonales en las que participan los sociópatas son esencialmente abusivas. Los sociópatas tienen una dificultad extrema para desarrollar sentimientos positivos como el respeto y la admiración. Además, no asumen sus propios errores, les gusta manipular y a menudo se complacen en el sufrimiento de los demás.

Se asocian con personas por sus propios intereses y tienen una alta incidencia de agresividad. Todos estos factores hacen que la convivencia sea extremadamente estresante e incluso traumática, lo que hace prácticamente imposible que se desarrolle una relación sana.

Sin embargo, los grados más leves del trastorno pueden permitir relaciones menos turbulentas. Aun así, no son relaciones fáciles y exigen mucho de los implicados.

La impaciencia del sociópata

En las representaciones de sociópatas y psicópatas en la ficción, es habitual que se les represente como figuras dotadas de paciencia. Sin embargo, esto no es cierto. La impaciencia es un rasgo de la personalidad de quienes padecen un trastorno antisocial de la personalidad.

Esto se debe a que la impaciencia es una característica que se puede encontrar en muchas personas que no son sociópatas o psicópatas.

Como no controlan bien sus impulsos e instintos, los sociópatas muestran impaciencia cuando ven frustrados sus planes o cuando se les enfrenta, e incluso pueden volverse agresivos.

Repetir los errores

La reincidencia o repetición de errores, malas conductas y comportamientos abusivos es extremadamente común en la vida cotidiana de los sociópatas. Estas personas, de hecho, suelen presentar un patrón de comportamiento muy marcado por la repetición, en cuanto a sus otras características.

La compulsión a mentir y a manipular es un ejemplo de estas reincidencias, por lo que quienes conviven con sociópatas pueden, con el tiempo, percibir que repetirán actos reprobables anteriores.

En cuanto a los delitos que tienden a cometer, como son impulsivos y no muestran signos de arrepentimiento ni noción de peligro, tienden a repetirlos, lo que indica su potencial peligrosidad para la sociedad.

Diagnóstico y tratamiento del trastorno antisocial de la personalidad

Las personas con trastorno antisocial de la personalidad necesitan tratamiento. Tras el diagnóstico, realizado por un profesional, existen opciones de abordaje terapéutico, consúltelas.

El diagnóstico del trastorno antisocial de la personalidad

No hay que descuidar la persistencia de actitudes y comportamientos que revelan rasgos del llamado trastorno antisocial de la personalidad. Las personas que reúnen al menos tres de las características presentadas en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales deben ser evaluadas por un psicólogo.

Sin embargo, hay muchas personas que desarrollan una combinación de rasgos y comportamientos coherentes con el perfil proporcionado en el manual y no buscan atención, pasando toda su vida sin un diagnóstico.

El diagnóstico depende de la evaluación de los antecedentes personales y médicos del paciente, así como de sus sentimientos, pensamientos y patrones de comportamiento.

Tratamiento del trastorno antisocial de la personalidad

El tratamiento del trastorno antisocial de la personalidad se lleva a cabo tras el diagnóstico del trastorno por parte de un profesional de la salud mental. Es importante destacar que los resultados positivos que pueda presentar el tratamiento, como en toda terapia, dependen del buen cumplimiento del paciente.

En otras palabras, la persona diagnosticada de trastorno antisocial de la personalidad debe, ante todo, querer ser tratada, dedicándose a seguir las orientaciones del psicólogo. Los tratamientos disponibles son terapéuticos, y consisten en el análisis y el seguimiento a largo plazo del paciente. Si el paciente presenta alteraciones psíquicas concomitantes, pueden prescribirse medicamentos específicos.

Psicoterapia

La psicoterapia es un enfoque del tratamiento psicológico destinado a identificar, analizar y proporcionar tratamiento a los pacientes que sufren trastornos y alteraciones mentales.

Diversos problemas como la ansiedad, la depresión y otros tipos de dificultades emocionales y psicológicas pueden y deben ser remitidos a la psicoterapia, que es llevada a cabo por un psicólogo y consiste en presentar estrategias y herramientas útiles para ayudar al paciente a adaptarse a una vida más equilibrada.

En el caso del trastorno antisocial de la personalidad, la psicoterapia es un importante aliado para aprender a controlar la agresividad y otros patrones de comportamiento destructivos. El funcionamiento social es uno de los objetivos de esta terapia.

Terapia cognitivo-conductual (TCC)

La terapia cognitivo-conductual consiste en una reunión de métodos de la terapia cognitiva y de la terapia conductual, por lo que es un tratamiento que puede estar indicado para los pacientes de APT.

Se basa en una estructura de 5 pasos: comienza con el diagnóstico, pasa por el análisis del problema, en el que se busca un perfil profundo del paciente, y el análisis objetivo, en el que se formulan los objetivos de la terapia en cuestión.

Por último, se evalúan los pasos anteriores para comprobar el progreso del planteamiento y sus resultados provisionales.

Medicamentos

No hay medicamentos específicos prescritos en el tratamiento del trastorno antisocial de la personalidad. Los enfoques terapéuticos consisten en el seguimiento psicoterapéutico, lo que significa que el paciente debe comprometerse con el análisis, es decir, invertir en los posibles resultados obtenidos con el psicólogo.

Sin embargo, los pacientes diagnosticados de DPA que desarrollan otros trastornos y alteraciones, como la depresión y la ansiedad, por ejemplo, son remitidos a psiquiatría para definir los medicamentos para tratar estos problemas.

Algunos estudios señalan que la clozapina, un fármaco recetado para la esquizofrenia, ha demostrado ser eficaz para ayudar a estabilizar algunos rasgos observados en el SAF, especialmente en los pacientes masculinos.

¿Es posible curar a un sociópata?

La sociopatía, o trastorno antisocial de la personalidad, es un trastorno que no tiene cura. Sin embargo, algunos pacientes diagnosticados con TPA tienen posibilidades de responder positivamente a los tratamientos de psicoterapia.

El propósito de estos tratamientos es ayudar en la construcción de límites y en la sustitución de comportamientos destructivos por prácticas positivas. De este modo, factores como el apoyo familiar y la ausencia de experiencias abusivas en la infancia y la adolescencia suelen contribuir a los resultados de la psicoterapia.

Pero es necesario entender que este trastorno requiere una terapia intensa, es decir, una dedicación plena del paciente para obtener resultados, y que los tratamientos son un reto y no hay garantía de éxito.

Como experta en el campo de los sueños, la espiritualidad y el esoterismo, me dedico a ayudar a otras personas a encontrar el significado de sus sueños. Los sueños son una herramienta poderosa para comprender nuestra mente subconsciente y pueden ofrecer información valiosa sobre nuestra vida diaria. Mi propio viaje al mundo de los sueños y la espiritualidad comenzó hace más de 20 años, y desde entonces he estudiado mucho en estas áreas. Me apasiona compartir mi conocimiento con otros y ayudarlos a conectarse con su ser espiritual.