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Consideraciones generales sobre el Año Nuevo Astrológico
El año occidental empieza el 1 de enero, pero el Año Nuevo Astrológico comienza cuando el Sol llega al signo de Aries, el primer signo del cinturón zodiacal. Por lo tanto, comienza a mediados de marzo, cuando los nacidos en Aries tendrán el Sol en el signo de Fuego. De la misma manera, socialmente, el Año Nuevo Astrológico corresponde a un nuevo ciclo.
La diferencia es que, en el caso de la astrología, el comienzo de un nuevo año siempre lleva consigo la energía intensa e impulsiva de Aries. A partir de ahí, el Sol continúa su viaje en cada uno de los 12 signos, durante el mismo periodo que permanece en ellos. Es el cumplimiento de un ciclo completo, que pasa por diferentes energías.
Las particularidades del cielo en el momento del Año Nuevo Astrológico también influyen en lo que sentirán las personas. ¡En el artículo, aprenda más sobre el tema y sus impactos!
Año nuevo astrológico, equinoccios y solsticios
El Año Nuevo Astrológico es una rica oportunidad para el crecimiento y el cambio. En la práctica, es el final de un viaje completo del Sol por las constelaciones zodiacales y su comienzo de nuevo, lo que se percibe por el cambio energético. Al fin y al cabo, cada signo lleva consigo una energía y en cada equinoccio y solsticio, uno de ellos recibe el paso del Sol. ¡Descubra más en la siguiente secuencia!
Qué es el año nuevo astrológico
El Año Nuevo Astrológico representa la llegada del Sol a la constelación de Aries, el primer signo del zodiaco. Esto significa que se ha completado otro ciclo completo alrededor de todo el zodiaco y que ha comenzado uno nuevo. Además, el Año Nuevo Astrológico es el momento en que entra en vigor el gobierno del planeta correspondiente a cada año, como Venus en 2021 y Mercurio en 2022.
Del mismo modo, hay influencias para cada uno de los 12 signos, que corresponden a combinaciones únicas entre su elemento y polaridad. También es relevante la posición de cada planeta, especialmente para los que están en su signo de domicilio. Así, cada año, hay singularidades que pueden ser mejor aprovechadas en acciones y mantras, por ejemplo.
Cuándo se celebra el Año Nuevo Astrológico
La fecha de inicio del Año Nuevo Astrológico varía de un año a otro, según las particularidades del Sistema Solar, produciéndose entre el 20 y el 23 de marzo. En el hemisferio sur, el acontecimiento coincide con el equinoccio de primavera, aportando un sentido de renovación aún más amplio.
Por ello, es una excelente oportunidad para hacer una desintoxicación, encender velas, practicar meditaciones o clases de yoga temáticas y hacer listas con las nuevas metas. Establecer las intenciones es la mejor manera de potenciar la energía del momento, ya que ayuda a visualizar su realización a lo largo del proceso. Hacer una lista de lo que ya no sirve y quemarlo o enterrarlo es otro paso para este momentodecisivo.
Cómo funciona el año nuevo astrológico
Astrológicamente, el comienzo de un nuevo año no se produce según los calendarios basados en el gregoriano que se utilizan en gran parte del mundo. Para este calendario, el movimiento de los astros no tiene ninguna relevancia, por lo que las fechas son fijas. El Año Nuevo Astrológico tiene en cuenta la llegada del Sol a la constelación de Aries, que se produce en marzo, con fechas variables y otras influencias.
La escala de los meses en las culturas paganas
En la antigüedad, cuando se creó el calendario romano, sólo había diez meses. Al ser politeísta, la cultura de la sociedad se consideraba pagana, debido a la ausencia de bautismo, y algunos meses recibían nombres en honor a los dioses. Septiembre, octubre, noviembre y diciembre constituían los cuatro últimos meses del año, recibiendo nombres según su posición en la secuencia de meses.
Sin embargo, el calendario romano se quedaba corto porque no tenía en cuenta el periodo invernal de principios de año. Más tarde, con la inclusión de dos meses adicionales, los demás pasaron a ocupar posiciones avanzadas en el calendario de 12 meses.
Los equinoccios
Los equinoccios son dos momentos del año en los que el día y la noche tienen exactamente la misma duración. Para que esto ocurra, ninguno de los polos de la Tierra puede estar inclinado, lo que significa la misma intensidad de luz en ambos hemisferios. Los equinoccios son las fechas en las que comienzan el otoño y la primavera, en marzo y septiembre respectivamente, en el hemisferio sur.
El equinoccio de otoño, en países como Brasil, marca el inicio del Año Nuevo Astrológico y la entrada del Sol en el signo de Aries. Además, son oportunidades de inflexión para la Astrología. Los equinoccios se consideran momentos decisivos para las personas.
Los solsticios
Los solsticios son acontecimientos que se producen dos veces al año para marcar el inicio del invierno y del verano. En la práctica, lo que se observa es la aparición del día más corto y del más largo del año en el hemisferio sur, en junio y diciembre respectivamente. El solsticio se produce debido a la inclinación del eje de la Tierra, que interfiere en la incidencia de la luz solar sobre la superficie terrestre.
Al igual que los equinoccios, los solsticios se producen cuando el Sol alcanza dos de los signos del eje cardinal. Astrológicamente, la conexión de los individuos con el movimiento natural del cosmos proporciona una rica oportunidad para la reflexión y la toma de conciencia, ideal para establecer nuevos objetivos.
Los signos cardinales y el eje cardinal
El eje cardinal corresponde a los cuatro signos que tienen el modo cardinal. Su esencia está representada por el potencial de movimiento y, sobre todo, por la fuerza que emanan. El primer signo cardinal es Aries, que simboliza la capacidad humana de realización amplia a partir de la iniciativa individual, a menudo transmutada en el impulso de acciones que siguen sus propios instintos.
A continuación viene Cáncer, que conecta con la profundidad de la psique humana y el poder que transmite. Luego, Libra combina la fuerza de la modalidad cardinal con el interés por el intercambio y lo colectivo, proporcionando experiencias compartidas. Finalmente, el décimo signo del zodiaco, Capricornio, cierra el eje cardinal con la solidez del trabajo duro que se convierte en poder.
Los signos cardinales son también los que, según el calendario, inician su ciclo junto con las estaciones del año. Así, Aries es el primer signo del zodiaco, el punto de partida del Año Nuevo Astrológico, y trae consigo el inicio de la primavera en el hemisferio norte y del otoño en el hemisferio sur.
Equinoccio de primavera, solsticio de verano y celebraciones relacionadas
En cuatro fechas del año se producen los acontecimientos de los equinoccios y los solsticios, en ambos hemisferios. Cada uno de ellos representa el comienzo de una de las estaciones del año, lo que llama a una conexión más personal de los individuos con las energías predominantes. Las fechas también convocan a los signos cardinales, aquellos con un deseo constante de movimiento. Siga leyendo y descubra más sobre el tema.
Equinoccio de primavera en el hemisferio norte (otoño en el hemisferio sur)
El equinoccio de primavera en el hemisferio norte se produce en marzo, cuando comienza el otoño en el sur del globo. Asimismo, en septiembre se produce el equinoccio de la estación opuesta, el otoño en el hemisferio norte y la primavera en el hemisferio sur. En ambas fechas, la luz solar en el globo se distribuye de forma equitativa, y son sus estaciones de transición, marcadas por las oscilaciones.
Así, el simbolismo presente en sus celebraciones tradicionales es la oportunidad de honrar la fertilidad y la armonía. Las flores cobran protagonismo, debido a la esencia de la estación.
Solsticio de verano en el hemisferio norte (invierno en el hemisferio sur)
El solsticio de verano en el hemisferio norte corresponde a la llegada del invierno en el hemisferio sur, que se produce en diciembre y, para la estación opuesta, en junio. Aquí, el Sol entra en dos signos opuestos, Cáncer y Capricornio, y refuerza el valor del cuidado y el trabajo.
Para la Astrología, los solsticios llaman a las actividades que aportan más equilibrio energético para iniciar un nuevo ciclo. Por ello, su celebración se refiere al día más largo del año y tiene su origen en los tiempos en que la naturaleza regía las acciones humanas. El solsticio de verano simboliza la capacidad de la Tierra para renacer.
La celebración ancestral del equinoccio de primavera
Desde el principio de los tiempos, la primavera ha sido una estación del año celebrada por diferentes culturas. Al fin y al cabo, es un periodo que aporta inspiración y más valor a la vida, al ser la época del año relacionada con el despertar. Las celebraciones antiguas honraban la fertilidad de la naturaleza, en honor a la prosperidad. Para los pueblos antiguos, los cambios que se producían a lo largo del año estaban siempre relacionados con acontecimientos naturales.
La energía y las características del Año Nuevo Astrológico
La energía de todo el Año Nuevo Astrológico es la de un nuevo comienzo, por lo que es el momento de iniciar un nuevo ciclo, sin cargar con preocupaciones y experiencias que ya han cumplido su función. Además, el Año Nuevo Astrológico también tiene las influencias del planeta regente del año que comienza y del movimiento de los astros en el cielo, siendo un evento astrológico de gran importancia.
Los celtas y su relación con el equinoccio de primavera
Los celtas eran un grupo de pueblos indoeuropeos divididos en grupos en la Península Ibérica y las Islas Británicas. Sus creencias tenían una fuerte conexión con las fuerzas de la naturaleza, lo que implicaba sacrificios y el uso de materiales para la construcción de objetos. A continuación, conozca cómo funcionaba el rito de Ostara y su importancia para el periodo de la llegada de la primavera, ¡fundamental para los celtas!
El rito de Ostara
El rito de Ostara, en la cultura celta, es sinónimo de la llegada de la primavera en el hemisferio sur, lo que significa que en la fecha del equinoccio de septiembre comienza un nuevo ciclo, con días más largos y temperaturas más altas. La celebración de la diosa Ostara, símbolo de la fertilidad en la mitología celta, hace referencia a un nuevo flujo de energía y a la idea de libertad.
El ritual sitúa al lado al dios y a la diosa, representantes del Sol y de la Luna. El rito de Ostara comprende ofrendas de pan y pasteles, pinturas de huevos que se colocan en un altar y la colocación de flores en los espacios sagrados. El acontecimiento simboliza el renacimiento de la naturaleza tras el invierno y el poder de la renovación, por lo que su realización se centra en la gratitud.
Marca un momento de renovación
Ante todo, el Rito de Ostara emana la energía de la renovación. Pensando en las estaciones del año, la primavera es la oportunidad de abrirse a las bendiciones que llegan tras un periodo de recogimiento, el invierno. Los celtas aprovechaban la fuerza de un nuevo ciclo y la potenciaban en el ritual, que daba cabida a la llegada de lo nuevo. Por eso es un ritual que llama a la conciencia y a la gratitud.
Unidad e igualdad a través del ritual
Representar el encuentro del dios y la diosa, poniéndolos en pie de igualdad, forma parte del Rito de Ostara. El simbolismo de este detalle llama la atención y se refiere a las fuerzas contrastadas de la naturaleza, que funcionan en equilibrio. Por tanto, es precisamente esta armonía la que contribuye a la fertilidad y la prosperidad que buscan los grupos celtas.
Los símbolos presentes en el Rito de Ostara
Los símbolos del ritual de Ostara son la leche, las flores, los huevos y la liebre. Representando el poder sagrado, son también los elementos de referencia para la nutrición y la fertilidad, y los principales valores que transmite el final del invierno. Son también símbolos de lo que es necesario para el desarrollo de la vida, un tema con una fuerte conexión con la diosa Ostara.
Los otros rituales sagrados de los celtas
Para los celtas, los rituales que se realizan a lo largo del año refuerzan el vínculo con diferentes energías. Son: la Noche de las Brujas (Samhain), el Solsticio de Verano (Litha), la Noche del Fuego (Imbolc), el Equinoccio de Otoño (Mabon), el Rito del Amor (Beltane), el Solsticio de Invierno (Yule), el Rito de la Cosecha y la Prosperidad (Lammas) y el Rito de Ostara, del Equinoccio de Primavera.
Formas de aprovechar la energía del Año Nuevo Astrológico
Todo comienzo lleva consigo una energía vigorizante, que tiene un gran potencial para hacer realidad los deseos. Además, el inicio de los ciclos exige algunas medidas específicas, para renovar las vibraciones y avanzar aprovechando sus beneficios. A continuación, comprueba cómo ampliar la fuerza del Año Nuevo Astrológico y hacer que sea un periodo positivo en tu año.
Llevar a cabo una gran limpieza
El primer paso para aprovechar la energía del Año Nuevo Astrológico es realizar una limpieza energética, ideal para cualquier tipo de renovación. Para ello, es necesario dejar ir los sentimientos densos que ya no tienen sentido para el ser. Un baño con ingredientes especiales es una buena forma de promover la limpieza indicada, para prepararse a recibir las bendiciones del Año Nuevo.
Pasar tiempo al aire libre
Estar al aire libre es siempre una buena opción para aquellos que quieren centrarse y conectarse con las energías superiores. Así que, justo antes del Año Nuevo Astrológico, intenta estar en lugares abiertos, preferiblemente donde haya tierra y agua corriente. Practicar la conexión a tierra y permitir el flujo de energía del agua ayuda a la purificación del individuo, durante este período.
Reevalúe sus objetivos
Si el Año Nuevo Astrológico simboliza el inicio de un nuevo ciclo, es bueno invertir un tiempo en evaluar qué objetivos siguen teniendo sentido para ti. Cada etapa que termina deja atrás energías, sentimientos y deseos y, para aprovechar el impulso relacionado con el signo de Aries en el Año Nuevo Astrológico, reevaluar las metas es esencial en este periodo.
¿Cómo influye la energía de Aries en el Año Nuevo Astrológico?
Si el Año Nuevo Astrológico representa todo el recorrido del Sol a lo largo del cinturón zodiacal y comienza en Aries, se puede entender que cada signo tiene su período de influencia. El primer signo es de modo cardinal y trae consigo el elemento Fuego, en una combinación única de energía, impulso y propensión a la actividad y al movimiento.
Así, cada signo del zodiaco tiene una composición única en cuanto a elemento y modo. Por ello, el comienzo del Año Nuevo Astrológico en Aries trae la llama de la renovación a la humanidad. La vitalidad para los nuevos comienzos es el punto central de la época del año en la que destaca la influencia del signo. A medida que el Sol avanza en su camino, la energía predominante cambia.
Así que, incluso para aquellos que tienen dificultades con los cambios, el Año Nuevo Astrológico representa el momento de actuar y tomar el control de las situaciones. ¿Qué tal si aprovechas la intensidad aria a tu favor?