Hace unos días buscaba en youtube algo para entretenerme. Ya era tarde pero mi cabeza pensaba en esas cosas que le quitan a uno el sueño. De repente encontré entre la lista de videos el primer capítulo de la tercera temporada de Project Runway Latinoamérica. Debo ser honesta y confesar que nunca había sentido deseos de verlo y sumándole que mi humilde televisión no capta el canal de Glitz*, había pasado por mi vida sin pena ni gloria. Pero esa noche estaba yo dispuesta a darle play y criticar todo lo que me pareciera mal en el reality.
Comenzó un capítulo y después el segundo. Para el día siguiente yo ya había mirado los once capítulos disponibles en el canal y me quedé con una sensación digna de compartir ¡Qué buen programa! Y lo digo honestamente y de corazón. Nunca había pensado que un programa de este tipo, producido en México, tuviera tan buena calidad. Me sentía identificada en todo momento con las historias de los concursantes y solté lágrimas en el capítulo 10 cuando descalificaron a uno de los concursantes.
La verdad yo le tenía muy poca fe, ya había visto otras adaptaciones de programas extranjeros cuyo resultado era un tanto triste y me motivaban a apagar la televisión.
Project Runway Lationoamerica captó mi atención capítulo a capítulo, mientras veía desfilar las piezas elaboradas por estresados diseñadores con materiales adquiridos en la Parisina. Me parece esa una realidad más cercana a nuestras vidas, donde, aunque no tenemos 200 dólares para gastar en cada proyecto, buscamos diseñar nuestras vidas con algunos surcidos más pedrería.
Me parece que poco a poco vamos alcanzando un nivel más competitivo y como latinos podemos aspirar a ser inspiración y ejemplo a personas de otras partes del mundo. Personalmente considero que eso podría ser el éxito más maravilloso que alguien pudiera alcanzar.
¿Pero tú qué piensas? Si como yo, se tardaron años en ver el programa, dejaré el link por aquí para ponerse al día.
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